
Y un día pararon el mundo… ¡Y no me quiero bajar!
Mafalda seguramente nunca soñó que su clamor un día sería escuchado: el mundo se paró. Pero menos aún imaginó que en este tren de la vida por el que viajamos, al observar por las ventanillas el mundo parado…, nadie se quiere bajar. O acaso no extrañamos las corridas al trabajo, a la escuela, a esa…