Ariel Bertucci, un jóven estilista que supo reinventarse tras lo peor de la pandemia y hoy atiende unas 30 casas en countrys de Hudson

Ariel Bertucci es un jóven y emprendedor estilista que después de hacer sus primeros pasos en Berazategui, hace algunos años logró el sueño de tener su propio Salón en el Centro de Wilde.  Nunca imaginó, como ninguno de nosotros, que una pandemia  arrasaría no solo con muchas vidas sino también con muchas fuentes de trabajo, incluida en este caso la suya, ya que debió cerrar la peluquería y quedar durante meses sin poder trabajar.

«Esos 5 meses de 2020 fueron sin dudas los peores de mi vida, sin poder trabajar, sin ninguna ayuda más que el crédito a tasa cero que finalmente pude sacar y el cual ya estoy terminando de pagar», recuerda Bertucci agregando que «tuve que cerrar el Salón, me endeudé y los clientes particulares que podría llegar a tener estaban en Wilde a dónde no podía llegar desde Berazategui por el tema de los permisos de circulación, la verdad fue todo muy difícil, donde solo la contención de la familia me ayudó a pasar ese momento y pensar que esto en algún momento podía cambiar».

Recordó con emoción que «nunca me voy a olvidar que en esos días mis vecinos de Berazategui fueron solidarios conmigo y me pedían que les corte el pelo y con lo que podía juntar pude poner un plato de comida en la mesa de mis hijos».

Este año, a medida que fue cediendo la pandemia, la vida comenzaría a sonreirle a Ariel, quien invitado por una colega que inauguraba su Salón en Berazategui tuvo la oportunidad de conocer a una clienta que lo contactaria con varias amigas que viven en la zona de countrys de Hudson.»Hoy atiendo más de 30 casas en los countrys, gracias a Dios pude pagar mis deudas, estoy terminando de pagar el crédito a tasa cero y por sobre todo puedo trabajar y planificar, la verdad nunca me había dado cuenta del potencial que hay en Berazategui, mi proyecto ahora es seguir ampliando mi cartera de clientes», contó Ariel a la vez que se animó a dejar un consejo «no hay que perder la fe, hay que seguir intentando y además adaptarse a los cambios, eso es fundamental, hpy por ejemplo ya no pienso en abrir un Salón sino en acrecentar mi cartera de clientes en las casas donde estoy trabajando».

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